domingo, mayo 04, 2008

Maraima

Incórdiales

Después de las trompetas rotas

A los Iluminados

Para la doliente quiebra

Nunca atraparán carrusel para sus pendientes

Ni un poco de

Sonrisas a la mano

Sin costas para el crimen

Pagarán de cuña crónica

Hasta los livianos de faena

Entre sombras diarias

Murmuran otros

Un salmo corriente

Empapado por las señas de lo ajeno

Ante el mastodonte litoral

Cada hijo opuesto los olvida

Pasados de legado para el rezo

Herederos incómodos En la vida secos bajo la nueva brisa

No dormirán tranquilos

Ni cumplirán años en familia

Sólo el viento del sobresalto

Servirá sus misas

Adornadas de escalo y buena pesadilla

Entretanto

A llenar sus bocas nuestras

De la mina de los idos