Seis de oros
Joaquín Ortega
Torearse a la muerte
Es algo más que leer algo en un récipe
Que dice que ahora no te toca
Es llevar platos llenos de robustez grosera ardiente
De tantear a la vez ron, vino y trasiegos de sol
Es reír en tres tablones distintos
Y en momentos que son siempre un mismo día
Imponerse a la muerte es saber que los homicidas merodean
Vestidos de peregrinos por dentro y de zapatillas caras sobre
el talón
Riamos contrariamente al llanto dispuesto desde la maquinación
Deja a todas las defunciones deslizar sus cortesías
Para que sepas que por una vez despiertas
Más allá de la esposa revendida
De los niños que no dominarán su estrella
De los maleficios feriados por fuegos metálicos
De las mentiras de las tribus
Si hay algo que olvidar
Que sea los remedos de vida
Que los venenos son cruz
Y más de dos valen como tributo
A los dioses firmes
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