El Naranjal
Nada que haya resbalado desde los bordes del prójimo
Suena distinto
Ante
Aquel abominado que
Escapado
Llorado
Perdido y entregado al adiós
Siguió perdido para siempre
Tanto desaguarnos
Buscando un altar calle abajo
Sumando los clementes y el sepulcro
Ante el cuero de la única amistad que destruye puentes
Sin crear alianzas para innúmeras
Miraste con desdén
Las cosechas cómodas y las lluvias innecesarias
Al hombro hijos ajenos
Conteniendo banderas dobles
Sobre niñas que no arroparás jamás
Que verlas pasar el tiempo entres risas y carreras
Y lo que apaleaste adulterando
Lo habitaste también al sobrevuelo
Consumiste con los que someten barcos crucificados y caballos de fiebre
Al fogón de los dolores en la falla del millar de sonrisas cósmicas
Abrazando sueños verídicos
Para perderte
Para reanudarnos
Cuantas caminatas solitarias
Silenciosas en silencio
Es la sibila que no aparece
Sino cuando despiertos
Pedimos vino, fuego, refugio
Haciendo a un lado los viejos muebles
Visitando para siempre
La casa de la sal y el tiempo
Que habla dormido y sabe
Cobijar desde la noche
Un abrazo caído desde el naranjal
4 comentarios:
cobijar desde la noche un abrazo caído desde el naranjal... hermosas imágenes Joaquín. Te va un abrazo
gracias Kira
un besote!!
J
"Nada que haya resbalado desde los bordes del prójimo...
Suena distinto...Pedimos vino, fuego, refugio
Haciendo a un lado los viejos muebles..."
Rompe, lo comparto.
Besos
G
Gracias MG
besote!!
J
Publicar un comentario