Columpios de Alto Prado
Joaquín Ortega
Fieles como objetos atacados por el fuegoSolitarios como butacas sin registro
Simples como una velador braceando en las memorias
Cansados como un guardián que ladra desde sus rendimientos
Sus distancias
Su gordura
Internos como una despedida repitiendo sobrenombres
Tercos como un canje de violencias oscuras
Aplaudidos como un dislate pretencioso sabido por todos
Confirmados como un tino en el perfume y el redaño
Coronados como pillos enamorados de calidades baldías
Seguros como un baldón cosido en otro idioma
Castigado como un llanto incrédulo desde una maldición
Te diré por donde voy, pero no lo que voy a hacer
La tristeza limita con un rio silenciado